En otro tiempo, otro lugar, quizás se

hubieran echado a la mar, o quien sabe si se

hubieran unido a un antiguo circo ambulante.

Pero no, William Harley y Arthur, Walter y

William Davidson encontraron su propio

camino. Y así nació el espíritu que ha

quedado en nuestros corazones.

 

Ahora lo puedes sentir. Con solo una

mirada a una motocicleta

Harley-Davidsonâ , puedes imaginar las

aventuras que te esperan en este cada vez

más complicado mundo. Todavía hay

esperanza de desaparecer en plena luz del

día, y buscar horizontes perdidos, ya que

realmente no importa el destino sino el viaje

en sí. Cuando eres dueño de una

Harley-Davidsonâ la libertad está al

alcance de un giro de tu puño derecho.